Creo que la última vez que escribí era para contaros como había ido la primera de las salidas que tenía programadas en el trabajo. A esa le siguió la visita al Parque Natural do Douro (Duero), en la que pasamos muchísimo calor, con temperaturas que algunos días llegaron a los 42º C, creo que en el momento de escribir en Valencia están sufriendo una fuerte ola de calor.
Tras una semana inolvidable, tanto por el calor como por la cantidad de “animalillos” que pude ver en estado salvaje, llego en Empar. Ha pasado 3 semanas en Portugal, el primer fin de semana, el sábado lo dedicamos a dar una vuelta por Lisboa, por los barrios de Baixa, Chiado y Alfama, el domingo nos decidimos por ir al Cabo de Roca, el lugar más al Oeste del continente Europeo y donde Camões dijo:
“Aquí…
e onde a terra se acaba
e o mar comença…”
(Aquí es donde el mar se acaba y la tierra empieza)
Como entre semana yo iba a estar trabajando y ella quería aprender a hacer surf, el lunes se desplazo a Costa de Caparica a preguntar por clases de surf. Y yo me reuní con ella por la tarde cuando acabe el trabajo. Y pudimos ver en directo lo que debieron de sufrir los actores de la película de Alfred Hitchcok, Los Pajaros, fuimos rodeados por una bandada de cerca de un millar de gaviotas que iban a intentar alimentarse de los restos que los pescadores de sardina de la zona devolvían al mar. Un lugar muy semejante a Benidorm en Agosto…
El resto de la semana transcurrió, yo realizando la mudanza de oficina de la empresa y ella viendo el mejor sitio para ir a hacer surf y decidiéndose por ir a la Playa de Guincho, una de las mejores playas que he visto.
Para el fin de semana nos fuimos, el sábado al Parque das Nacões, donde se celebro la Expo98, y el domingo invitados por una compañera de trabajo nos fuimos a Praia Grande en Sintra, otra maravilla de lugar, la intención era hacer surf, pero las condiciones del mar y mi neopreno no nos lo permitieron.
Inciso: He visto romper las olas del Cantábrico, he visto las del Perellonet un día en que tráfico marítimo estaba cerrado, las del estrecho… y nada tiene comparación en como rompen las olas en el Atlántico… y era amarilla, aunque luego cambio a roja.
La siguiente semana ella continuo con sus clases, con gran éxito y yo con la mudanza, hasta el jueves que por falta de trabajo me lo dieron libre y nos decidimos por ir a ver el barrio de Belem, donde se encuentra, el Monumento de los Descubridores, el Monasterio de los Jerónimos y la Torre con el nombre del barrio, ah! y también la Pasteleria Belem.
Ese mismo fin de semana fuimos a Sintra, una sierra y un pueblo patrimonio de la humanidad, y lo entiendo. Allí se encuentran algunos palacios y sus jardines que todo visitante con un par de días debería de visitar, billete para 4 (Palacio de Pena, Castillo dos Mouros, Palacio de Monstserrat y Convento dos Capuchos) de los 5 palacios (Palacio Nacional de Sintra) cuesta 20€, y a 4 de ellos se puede acceder con transporte público, excepto al Convento de los Capuchos.
La siguiente semana yo tuve que irme al Parque Nacional Peneda-Gêress i también al Parque Natural de Montezinho. El primero estaba quemándose, se ha quemado más del 50% del parque , les costo más de una semana y media poder controlarlo y extinguirlo. Pero sobre el problema del fuego en Portugal hablare próximamente. Para mí la semana, fue untanto desastre siendo la primera vez que he sentido que estábamos perdiendo mucho tiempo en nuestro trabajo, pero lo mejor llego el viernes cuando sí íbamos mal de tiempo, todo se jodio más, cuando se nos estropeo el todoterreno. Total que el viaje de vuelta lo hicimos en taxi hasta una ciudad donde el seguro había contratado un coche para que pudiéramos volver a Lisboa. De el viaje en taxi solo decir que tuve que esforzarme en hablar Portugués con el taxista porque este se estaba durmiendo mientras conducía a 140 km/h por una carretera limitada a 70. Y de 3 personas que íbamos con el, 2 portugueses y un valencià, tuvo que ser el valencià el que hablo en portugués para que este hombre no se durmiera.
Al llegar, al piso las 23 de la noche la situación eras invivible, sanitariamente, pero como nosotros nos íbamos a Serra de Arrabida al día siguiente, pues me daba igual. Aunque tuvimos que retrasar nuestra salida porque decidieron que nos reuniéramos el sábado por la mañana para hablar de lo “bien” que estaba el piso, momento que aproveche para romper relaciones con algunos de los habitante y ser más claro que nunca, suelo aguantar, suelo aguantar, pero aquí decidí decirles claramente lo que pensaba.
En Arrabida, pudimos ver unas pisadas de dinosaurio, desde la lejanía, disfrutar de sus maravillosas vistas y ver el lugar para pijos de Portugal, Troia, el cual tendrá una playas maravillosas, pero los que allí viven, se les caen los billetes de 500€, aunque no pude coger ninguno!!
El lunes Empar se fue y yo he vuelto a la rutina de trabajo y fines de semana en Lisboa, aunque si no pasa nada mañana domingo me voy a ver la Copa del mundo de Body Board a Praia Grande.
